Socorro, "los millennials"
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La actualidad encuentra cada día su sitio en los tres minutos del vídeo de “YouTube” más visitado. Esta semana Benjamín Serra, joven con dos carreras y un máster, nos contó como malgastaba su tiempo limpiando servicios en Londres. En la otra punta del planeta, una chica se despedía de su jefe, grabando un vídeo en el que bailaba y le recordaba, que en los dos años que trabajó en esa empresa, renunció a su vida personal y sentimental para finalmente ser despedida de forma caprichosa. Millones de personas se sintieron interpeladas por los mensajes de ambas historias y decidieron convertir en secundarias las noticias que abrían los noticiarios o los periódicos. Las dos historias tienen un elemento común: los dos protagonistas son “millennials”.</p>
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Las personas nacidas entre los inicios de los ochenta y los primeros años de los dos mil , pertenecen a lo que se ha venido en llamar “Generación Y” o “millennials”.</p>
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Nacieron en una época de prosperidad económica y crecieron rodeados de tecnología. Son los primeros en ser considerados nativos digitales y han tenido acceso a la formación de alto nivel sin demasiados problemas.</p>
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La realidad los despertó de su plácido sueño. Con sus mochilas repletas de curriculum rebosantes de estudios, idiomas, competencias y experiencias de todo tipo, se encontraron en la cola del paro o sirviendo café al marqués del palustre.</p>
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Nuestra sociedad ha hecho una caricatura de ellos, y los políticos les ofrecen sólo los renglones canallas de su discurso de la derrota frente a la crisis.</p>
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Las vidas de estos jóvenes no caben en la memoria de su portátil y sus amigos son más que una lista en el “tuenti”, y algunos siguen sin enterarse. No son bobos caprichosos de la tecnología que no ven más allá de sus tabletas.</p>
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Nuestra sociedad fallida y en crisis, quiere convertir en victimas a los que están llamados a encontrar las respuestas a las preguntas que no supimos formular. Nosotros somos los que hemos salido derrotados. Nuestra generación, la que antepuso la economía a la vida, ha fracasado. Nos olvidamos de los débiles y de los más vulnerables cuando la crisis nos abofeteó y cerramos demasiadas puertas a la generación que pedía paso. Ellos proclaman que no quieren cometer el mismo error. Que así sea.</p>
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