Si quieres ser médico
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La enfermedad añade arrobas al tiempo. Los minutos comienzan a pesar demasiado para el enfermo. El alma humana comienza a tener relieve cuando el sufrimiento impaciente demanda la totalidad de lo que somos. Es en ese momento, cuando el hombre necesita de otro hombre para que el tiempo vuelva a su peso y el alma adquiera sus auténticos contornos.</p>
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El dolor y el sufrimiento nos iguala y nos hace lo mismo de vulnerables. Esa fragilidad intrínseca que todos tenemos es una de nuestros grandes características. El necio, la desprecia; el arrogante, la acalla, y el sencillo, la supera. En el fondo, todos aspiramos a que en los momentos de contradicción, aparezca ese buen samaritano que nos tienda la mano y nos haga soportable a lo que todas luces se convierte en pesada carga. La enfermedad no puede entenderse fuera del contexto de nuestra humanidad. El hombre enfermo nunca es menos hombre.</p>
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Cuando el dolor de uno de los nuestros se hace visible, acudimos solícitos en su ayuda. La sangre propia tiene unos códigos de lealtad por todos entendidos. La gran revolución se obró en nuestra historia, cuando una persona, libre de parentescos y amistades, no pudo mostrarse indiferente al dolor y sufrimiento ajeno, y comenzó a consolar el cuerpo y el alma del enfermo. En ese momento nació la Medicina, y los médicos irrumpieron en la historia.</p>
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En tiempos en los que la enfermedad molesta, se ha querido hacer menor también el papel del médico y su contribución a la sociedad. En demasiadas ocasiones se le viste con una bata demasiado sucia y pequeña, que desprecia su talento y su compromiso con las personas.</p>
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El viernes se graduaban decenas de jóvenes en nuestra Facultad de Medicina de Málaga, y todo pasaba desapercibido, mientras aún resonaban los ecos del triunfo de algún futbolista o cocinero.</p>
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Todos ellos entendieron el peso del tiempo cuando un día decidieron dedicar su vida a los demás. Su talento, su esfuerzo, su generosidad, su compromiso con los más débiles y desfavorecidos, le abrirán el misterio del hombre y se sentirán recompensados.</p>
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Si quieres ser médico, sólo debes poner al servicio de los demás tu ciencia y tu humanismo, entregando tu vida.</p>
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No lo olvides, lo perderás todo, pero merecerá la pena.</p>