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Menos Sálvame y más Salvados

<p> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify; "> El portero en el f&uacute;tbol representa al ni&ntilde;o hu&eacute;rfano. Es el jugador con m&aacute;s falta de cari&ntilde;o desde que los ingleses nos inocularan el virus del balompi&eacute;. Todo cambi&oacute;, cuando Iker Casillas apareci&oacute; en escena. Desde ese mismo momento, los ni&ntilde;os se peleaban por portar el n&uacute;mero uno y las madres quer&iacute;an a yernos como el de M&oacute;stoles.</p> <p style="text-align: justify; "> Casillas representa lo cortes en el f&uacute;tbol. Espa&ntilde;a desde que lo conoce ha adoptado a ese hu&eacute;rfano. Su clase,&nbsp; ha elevado a categor&iacute;a el hecho de parar el bal&oacute;n.</p> <p style="text-align: justify; "> Su discurso callado en los confines de su &aacute;rea, la semana pasada se transform&oacute; en verso certero. Como si se tratara del vers&iacute;culo de un nuevo texto cl&aacute;sico, irrumpi&oacute; en Twitter, se&ntilde;alando: &ldquo;Este pa&iacute;s necesita menos S&aacute;lvame y m&aacute;s Salvados&rdquo;. Y la red, respondi&oacute; con un sonoro: am&eacute;n.</p> <p style="text-align: justify; "> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify; "> Esta Espa&ntilde;a sobrecogedora perdida entre tanta fotocopia, necesitaba las palabras sencillas del capit&aacute;n de la selecci&oacute;n espa&ntilde;ola de f&uacute;tbol. Ning&uacute;n fil&oacute;sofo se atrevi&oacute;, ning&uacute;n pol&iacute;tico exclam&oacute;, ning&uacute;n periodista escribi&oacute;, frase tan certera como la del novio de Sara Carbonero.</p> <p style="text-align: justify; "> &ldquo;S&aacute;lvame&rdquo; representa la Espa&ntilde;a de las porteras, las letrinas y las jodiendas, que nunca tuvieron enmienda. Proyecta con afanes de conquista social, el lado vulgar, &ldquo;choni&rdquo; y deshonesto de la televisi&oacute;n actual. Con atajos insolentes, con maledicencia y falta de rigor, dibujan la Espa&ntilde;a que no queremos ser, que nos aleja del mundo y nos acerca a nuestras miserias. La telebasura para nuestra desgracia, ha influido mucho m&aacute;s en la conformaci&oacute;n de nuestra sociedad actual que la mism&iacute;sima universidad. Y eso, es una aut&eacute;ntica tragedia.</p> <p style="text-align: justify; "> Necesitamos m&aacute;s personas valientes, que quieran hacerse preguntas, que no tengan todas las respuestas y que, sobre todo, hablen claro y alto, sin chillar. El programa de &ldquo;Salvados&rdquo; de Jordi &Eacute;vole, a pesar de su marcada tendencia pol&iacute;tica, representa un soplo de aire fresco en la televisi&oacute;n y la sociedad. Hu&eacute;rfano de melenas rubias, princesas y dem&aacute;s realeza, cada domingo invita a reflexionar sobre nuestra situaci&oacute;n de forma inteligente.</p> <p style="text-align: justify; "> &ldquo;Menos S&aacute;lvame y m&aacute;s Salvados&rdquo; se ha convertido en el nuevo grito de la Espa&ntilde;a que quiere salir de la crisis. Gracias capit&aacute;n.</p> <p> &nbsp;</p>