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Altura de miras

<p style="text-align: justify;"> Los Reyes Magos son m&aacute;s espa&ntilde;oles que Pepe Isbert buscando a Chencho en Navidad. Nadie ha podido con ellos. Nuestra sociedad glotona y consumista adopt&oacute; r&aacute;pidamente a Papa Noel y todas sus versiones, pero ni por esas. La verdad es que en los &uacute;ltimos a&ntilde;os las cadenas comerciales est&aacute;n contando con grandes&nbsp; aliados en las diferentes concejal&iacute;as de fiestas de la mayor&iacute;a de pueblos y ciudades de Espa&ntilde;a, para poder finalmente desbancarlos.</p> <p style="text-align: justify;"> Las cabalgatas dejaron de tener algo que ver con&nbsp; sus or&iacute;genes y sentido cat&oacute;licos hace ya muchos a&ntilde;os. Con la excusa de estar&nbsp; reinterpretando&nbsp; el&nbsp; estilo de esta tradici&oacute;n tan espa&ntilde;ola, un ej&eacute;rcito de concejales y alcaldes&nbsp; horteras reflejan cada a&ntilde;o su mal gusto en los pobres magos de Oriente. Es verdad, que lo de este a&ntilde;o ha sido de traca. Vistiendo de mamarrachos a los que debieran ser los protagonistas de la cabalgata cre&iacute;an algunos aprendices de ingeniero social, que modificar&iacute;an el sentido de la tradici&oacute;n. La realidad ha sido otra. No han podido con los tres sencillos hombres sabios y s&oacute;lo se han retratado ellos. El rid&iacute;culo no lo ha hecho la persona que se prest&oacute; a fomentar la ilusi&oacute;n en los ni&ntilde;os, incluso al precio de ser tomado por un titiritero barato, sino los pol&iacute;ticos que entendieron esta reinterpretaci&oacute;n como una imposici&oacute;n a los que no piensan como ellos. No les quepa ninguna duda que los pol&iacute;ticos pasar&aacute;n y los Reyes Magos seguir&aacute;n con su tradici&oacute;n secular.</p> <p style="text-align: justify;"> Con los mimbres del canasto espa&ntilde;ol de esta pasada navidad, la sociedad pretende pedirle ahora altura de miras a los pol&iacute;ticos. Por Dios, no nos confundamos. En Espa&ntilde;a est&aacute; desarroll&aacute;ndose una nueva forma de hacer pol&iacute;tica que es digna de estudio. Nos convocan a las elecciones, ejercemos nuestro derecho al voto, se obtienen unos resultados, y &eacute;stos no son acatados por los partidos pol&iacute;ticos. Defienden que nuestra decisi&oacute;n compleja como sociedad, no facilita una aritm&eacute;tica c&oacute;moda para que ellos puedan conformar un gobierno, que pueda dar respuesta a nuestras necesidades y aspiraciones. Pervierten el sentido de los resultados y nos quieren convencer que los grandes l&iacute;deres son los que eligen a un determinado pueblo para gobernar, y no al contrario. Simulan la negociaci&oacute;n con otras formaciones pol&iacute;ticas, a sabiendas de que convocar&aacute;n unas nuevas elecciones para ver si les convencen m&aacute;s sus resultados. Lo nunca visto, hacen campa&ntilde;a electoral en el tiempo de la negociaci&oacute;n, pervirtiendo &nbsp;la misma, y tom&aacute;ndonos por unos&nbsp; ilusos. Ning&uacute;n pol&iacute;tico quiere comparecer en unos nuevos comicios con la mancha de no haber intentado el pacto. Volveremos a votar dentro de unos meses y si no les gusta el parlamento elegido, de nuevo habr&aacute; otra convocatoria electoral. S&oacute;lo hay que ver lo que est&aacute; ocurriendo en Catalu&ntilde;a.</p> <p style="text-align: justify;"> Si Isbert levantara la cabeza no se sorprender&iacute;a ya con la desaparici&oacute;n de Chencho, si no con la cortedad de miras de nuestros pol&iacute;ticos.</p>