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Líneas rojas

<p> Las l&iacute;neas rojas son la excusa del mal pol&iacute;tico. Su n&uacute;mero y sus diferentes trazados son directamente proporcionales a la incapacidad de los dirigentes que las dibujan.</p> <p> La sociedad espa&ntilde;ola actual es compleja pero no es un proyecto fracasado. Todo lo contrario. En un periodo tan dif&iacute;cil como el que estamos viviendo con una crisis econ&oacute;mica que nos desaf&iacute;a a todos, hemos encontrado las mejores noticias en los m&aacute;rgenes del poder. Las preferencias pol&iacute;ticas no han supuesto un problema para los espa&ntilde;oles que entendieron que deb&iacute;an construir nuevos espacios de oportunidad y de solidaridad para los m&aacute;s desfavorecidos. Cuando se han generado proyectos con un alto valor a&ntilde;adido social, desde la empresa, las organizaciones no gubernamentales, las instancias educativas o incluso algunas instituciones de nuestro estado de peque&ntilde;as dimensiones, no se le ha preguntado a nadie cu&aacute;les eran sus l&iacute;neas rojas.</p> <p> En todos los meandros de nuestro pa&iacute;s, los espa&ntilde;oles desde diferentes perspectivas y sensibilidades somos capaces d&iacute;a a d&iacute;a de dar continuidad a proyectos y realidades que actualizan nuestro proyecto como pueblo. El posicionamiento de cada uno de nosotros en nuestra realidad particular no ha impedido que la concordia y el respeto sean los que presidan nuestras relaciones, m&aacute;s all&aacute; de las victorias, cesiones o derrotas que la realidad nos depara en el d&iacute;a a d&iacute;a.</p> <p> En el pasado d&iacute;a 20 de Diciembre, la sociedad en su conjunto ha trasladado su complejidad al nivel pol&iacute;tico y le ha dado el mandato de que construya una realidad de pa&iacute;s que est&eacute; en consonancia con la misma. Ese es el encargo m&aacute;s dif&iacute;cil con el que se han encontrado nuestros pol&iacute;ticos en toda su historia reciente democr&aacute;tica. Ya no hay vencedores ni vencidos, sino un apoyo a que desde diferentes posiciones se contribuya al desarrollo del pa&iacute;s.</p> <p> Por desgracia, algunos de nuestros dirigentes no han entendido este nuevo mandato. Estamos asistiendo at&oacute;nitos a sus estrategias de conservaci&oacute;n de un poder e influencia que ya no tienen. Algunos si hubiesen sido honestos con el nuevo mensaje de los espa&ntilde;oles hubiesen dimitido de sus formaciones esa misma noche.</p> <p> Nuestro actual monarca Felipe VI si ha entendido la complejidad del nuevo mandato de los espa&ntilde;oles. Necesitamos ahora que las formaciones pol&iacute;ticas se olviden de su antigua forma de analizar los resultados electorales, y se pongan a tejer unas instituciones pol&iacute;ticas a imagen y semejanza de nuestra sociedad.</p> <p> Es tiempo de generosidad y de trabajo callado que sume, que dibuje el contorno de pol&iacute;ticos con visi&oacute;n hist&oacute;rica. No son d&iacute;as para arribistas, secesionistas y ego&iacute;stas. Los espa&ntilde;oles pagaremos con el desprecio a los que ignoren este mandato, y les cederemos nuestra confianza a los que lo entiendan.</p>