Presidente por accidente
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La política hizo extraños compañeros de cama en la España de camisa blanca y corbata. Ahora los nuevos políticos se citan después del último capítulo de Juego de Tronos y no quieren saber nada de sexo. Se aburren en las reuniones sesudas y prefieren el minimalismo de las redes sociales. Los ideólogos de los partidos están en el paro y los referentes morales de cada formación fueron jubilados forzosamente. Sin anclajes, sin referencias, sin contrapesos, sin experiencia, nace la nueva política.</p>
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Algunos han aprendido que en una sociedad como la nuestra quien maneja la comunicación social, puede alcanzar el poder. Ya no importa tanto el resultado de las urnas y sus análisis fríos y pegados a ras de suelo. Los partidos políticos sólo deben acertar en la propuesta que haga posible la convergencia de muchos pocos para poder desafiar al adversario y vencerle. Estamos pasando de una democracia representativa a una democracia de confluencia.</p>
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Ayer el líder de Podemos, invitó a sonreír con su permiso a Pedro Sánchez. Le conformó su nuevo gabinete gubernamental, en el que el secretario general socialista ocuparía su presidencia por accidente, y sus correligionarios morados ocuparían las carteras más importantes. La propuesta sonó desde el principio ya a vieja, a asunto liquidado en reservados de restaurantes caros. Su música machacona invitaba a comenzar el baile con unos pasos ya decididos de forma conjunta y negociada. Iglesias debía llevar al líder socialista a la pista, ya que sus barones no lo dejaban ni ir a la fiesta.</p>
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La cuestión fundamental en estos momentos es si Pedro Sánchez representa al PSOE a nivel nacional, o sólo a su ejecutiva. Los socialistas tienen experiencia de gobierno en alianza con Podemos a diferentes niveles. En el regional, Susana Díaz fue la primera que entendió que un acuerdo con la formación morada significaba la crónica de su muerte política anunciada. Intuyó lo que después iba a suceder a nivel local. Algunos dirigentes municipales socialistas entregaron sus votos para que tanto Carmena como Colau fueran alcaldesas de las dos ciudades más importantes de España. Al día siguiente, no se supo más ni de Carmona y ni de su compañero catalán Collboni, . Tan importantes han sido las consecuencias de sus apoyos, que el PSOE es ya una formación minoritaria en Madrid y Barcelona tras los últimos comicios.</p>
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Conformar un gobierno es una tarea fácil desde la confluencia. Gobernar es harina de otro costal. El PSOE está ante una oportunidad histórica. Tiene que decidir sobre el tipo de país que quiere construir: uno con liderazgos tutelados o uno desde la libertad de sus ideas y su historia.</p>