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Marañón no tiene plaza

<p style="text-align: justify;"> La medicina es el polvo con amor de la ciencia. El hombre es la piedra de esc&aacute;ndalo para las mentes brillantes que deciden gastar su vida en su cuidado y no perderse en los terrenos accesorios de piedras y legajos. El m&eacute;dico es un hombre que no&nbsp; sabe poner orden en sus intereses. Su vida suele gastarla en las vidas de los pacientes.</p> <p style="text-align: justify;"> Cuando uno deambula por la facultad y encuentra a tanto joven dispuesto a entregar su vida a la ciencia y al cuidado de los menesterosos, puede tener la sensaci&oacute;n de encontrarse en territorio de frontera. La vertiente econ&oacute;mica de su vocaci&oacute;n se queda en los euros que su madre le da para el caf&eacute;, las fotocopias y el billete del metro. Nunca conoc&iacute; a ning&uacute;n m&eacute;dico que quisiera asaltar la banca, m&aacute;s all&aacute; de la partida del Monopoly en versi&oacute;n Ipad.</p> <p style="text-align: justify;"> El m&eacute;dico es un corredor de fondo, un escalador de &ldquo;ochomiles&rdquo;, un ciclista de monta&ntilde;a. No hay Medicina en la prisa, ni &eacute;xito en el corto plazo. La vida del m&eacute;dico se asemeja a la cadena perpetua de las hipotecas con suelo, que uno nunca logra cancelarla, y deja en herencia a hijos y nietos. La carrera para un m&eacute;dico es la carrera de su vida, que en sus primeros a&ntilde;os corre por debajo de los 4 minutos el kil&oacute;metro, y cuando asiste a la boda del hijo, no puede casi cruzar la meta. Los notarios gastan poca tinta en el testamento de los m&eacute;dicos, que suelen dejar mucha prosa de biblioteca y poca contabilidad bancaria.</p> <p style="text-align: justify;"> Aunque muchos no lo crean, el m&eacute;dico tiene la mala costumbre de aspirar a cierta estabilidad en el desempe&ntilde;o de sus funciones, por entender que de esa forma puede dedicar sus mejores energ&iacute;as al cuidado del enfermo. Nadie entender&iacute;a que al final de cada mes o de cada a&ntilde;o, tuviera que emplear&nbsp; sus mejores talentos en solventar su situaci&oacute;n laboral. Seguro que todos entendemos que el m&eacute;dico que no goza de cierta estabilidad laboral y justicia en su retribuci&oacute;n salarial, y no puede abordar un proyecto de vida personal con un m&iacute;nimo de garant&iacute;as, tampoco puede ser plenamente responsable de la gran empresa que supone cuidar y tratar a los enfermos.</p> <p style="text-align: justify;"> Esta semana la Organizaci&oacute;n M&eacute;dica Colegial ha mostrado a la sociedad, que nuestros m&eacute;dicos en un alt&iacute;simo porcentaje no saben lo que es la estabilidad laboral ni lo que es un salario acorde a su responsabilidad y dedicaci&oacute;n. Gran parte de los m&eacute;dicos que atendieron a los pacientes con &Eacute;bola eran trabajadores eventuales, por ejemplo.</p> <p style="text-align: justify;"> Si don Gregorio Mara&ntilde;&oacute;n levantara la cabeza, comprobar&iacute;a con preocupaci&oacute;n que no tiene plaza.</p>