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La España del CIS

<p style="text-align: justify;"> Espa&ntilde;a tiene cara de encuesta. Muestra unos ojos exaltados de intenci&oacute;n directa de voto y unos labios sonrojados con contornos de estimaci&oacute;n de voto.&nbsp; Parece no haber vida fuera del bar&oacute;metro patrio. Los medios de comunicaci&oacute;n se afanan en seguir sirvi&eacute;ndonos el mismo men&uacute; del d&iacute;a, a base de corrupci&oacute;n de primer plato, disputas pol&iacute;ticas de segundo y telebasura de postre. Todo regado con vino del barato con sabor a goles.</p> <p style="text-align: justify;"> El CIS muestra una sociedad con exceso de kilos para el debate pol&iacute;tico y con escasas ganas de abordar los problemas reales. Los partidos pol&iacute;ticos siempre ganan en las encuestas, y sit&uacute;an sus estrecheces y sue&ntilde;os, en el centro del debate de nuestra sociedad. La disputa de las formaciones pol&iacute;ticas nubla el discernimiento de muchos de nuestros compatriotas y les resta energ&iacute;as para que sit&uacute;en en el centro de las preocupaciones lo aut&eacute;nticamente relevante. Los problemas de Espa&ntilde;a no caben en la reuni&oacute;n de maitines de las ejecutivas de los partidos pol&iacute;ticos.</p> <p style="text-align: justify;"> Vienen a mi memoria las palabras prof&eacute;ticas del hermano de &ldquo;mi hermano&rdquo;, que de forma oficial dejar&aacute; la pol&iacute;tica en diciembre, despu&eacute;s de haberlo hecho muchos a&ntilde;os antes de forma real. El &iacute;nclito Alfonso Guerra profetiz&oacute; que a este pa&iacute;s no lo iba a conocer ni su &ldquo;respetable&rdquo; madre en unos a&ntilde;os. Y as&iacute; ha sido. El yerno moderno que representa Pablo Iglesias, que se muestra educado en las comidas familiares de los domingos, aspira a comerse el arroz y dejar fuera al resto de cu&ntilde;ados y dem&aacute;s familia pol&iacute;tica. Qu&eacute; amor por el poder.</p> <p style="text-align: justify;"> Los partidos que hasta ahora han conformado gobiernos, de puertas adentro han comenzado a ajustar cuentas y dictar testamento, porque saben que se acaba esta vida con traje gris y n&oacute;mina a final de mes. El escenario pol&iacute;tico del pr&oacute;ximo a&ntilde;o inquieta demasiado a los que consideraban que su herencia estaba a buen recaudo. Han comenzado a entender que no s&oacute;lo no heredar&aacute;n sino que desaparecer&aacute;n del panorama pol&iacute;tico antes de que el albacea lea las &uacute;ltimas voluntades.</p> <p style="text-align: justify;"> Los espa&ntilde;oles somos muy dados a acompa&ntilde;ar en la cr&iacute;tica y en la juerga, pero somos poco dados a dejar la llave de la hucha al que todav&iacute;a no conocemos. Ya veremos que ocurre cuando haya que depositar de verdad la confianza de la cartilla del banco en los nuevos pol&iacute;ticos sin mochila a la espalda.</p> <p style="text-align: justify;"> Vamos a vivir meses de urnas de cart&oacute;n y tertulias pol&iacute;ticas a mogoll&oacute;n. El astuto de Pablo Iglesias no convocar&aacute; m&aacute;s una manifestaci&oacute;n p&uacute;blica hasta que lleguen sus navidades electorales. Es buen sabedor que en un plat&oacute; de televisi&oacute;n se consigue camelar mejor a los del CIS que en la Puerta del Sol.</p> <p style="text-align: justify;"> Qu&eacute; aburrida es la vida en la Espa&ntilde;a del CIS.</p>