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Crisis de confianza

<p style="text-align: justify;"> La confianza es la sal de la convivencia. No existe ninguna sociedad que pueda vertebrarse sin los lazos et&eacute;reos, pero siempre necesarios, del contrato sin firma o de la lealtad regalada.</p> <p style="text-align: justify;"> Espa&ntilde;a comenz&oacute; a no reconocerse cuando el apret&oacute;n de manos, la palabra dada y la mirada sincera ya no sellaban nada. La desconfianza encontr&oacute; su caldo de cultivo entre las personas que se acercaban a la verdad con argumentos y palabras falsas y construyeron una sociedad que arrincon&oacute; a lo honesto.</p> <p style="text-align: justify;"> Confiar es prestar sin inter&eacute;s. El que conf&iacute;a, no espera, no calcula, no mide, siempre se atreve.</p> <p style="text-align: justify;"> Muchos fil&oacute;sofos de nuevo cu&ntilde;o han querido reducir&nbsp; la confianza a cap&iacute;tulo de libro de autoayuda con rengl&oacute;n en el apartado de autoestima. Y as&iacute; nos va. La confianza se conquista por la persona y &eacute;sta teje con ella una sociedad de lazos fuertes e indelebles.</p> <p style="text-align: justify;"> Espa&ntilde;a se ha convertido en todo un tratado de crisis de confianza. La realidad poli&eacute;drica de nuestra piel de toro, no s&oacute;lo es compleja sino que se ha introducido en un laberinto de confusi&oacute;n cuando ya nadie conf&iacute;a en nadie.</p> <p style="text-align: justify;"> La crisis que vivimos en la actualidad es en parte una crisis de confianza. No nos creemos los mensajes de determinados protagonistas de nuestra actualidad, porque no estar&iacute;amos dispuestos a fiarles nuestras vidas porque sabemos que sus palabras resuenan sobre una vida sin poso y sin honor. La desconfianza en las personas&nbsp; genera una din&aacute;mica de descr&eacute;dito en los proyectos y propuestas comunes que hacen imposible que la sociedad avance sin mirar s&oacute;lo atr&aacute;s.</p> <p style="text-align: justify;"> Muchos pol&iacute;ticos conquistaron su mala reputaci&oacute;n gracias a que sus palabras generaron desconfianza por su traducci&oacute;n a unos hechos que desdec&iacute;an a las primeras. Roto el v&iacute;nculo de la confianza, dif&iacute;cilmente pueden liderarse proyectos que gocen del favor de los ciudadanos. Otros protagonistas llegados en la pen&uacute;ltima hora, comienzan a elaborar sus propuestas con palabras que evocan a la confianza en el hombre, pero que s&oacute;lo necesitan el paso del tiempo para comprobar que s&oacute;lo son cantos al sol, sin trama consistente, y desenlace previsible. El populismo suele despreciar al que conf&iacute;a libremente, necesita de la adhesi&oacute;n inquebrantable con barnices totalitarios.</p> <p style="text-align: justify;"> Yo quiero volver a depositar mi confianza en las personas que no calculan su esfuerzo y su dedicaci&oacute;n a lo com&uacute;n. No quiero a expertos en tiempos electorales y ex&eacute;getas de la &uacute;ltima encuesta encargada, para construir la sociedad en la que quepamos todos y podamos gozar de nuestra oportunidad.</p> <p style="text-align: justify;"> Comienzo mi tercera temporada en el cuarto d&iacute;a de la semana con la esperanza de que me gane la confianza de ustedes, escribiendo glosas sobre la crisis de la verdad regalada.</p>