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Liderazgos tutelados

<p style="text-align: justify;"> La pol&iacute;tica en Espa&ntilde;a es la versi&oacute;n triste del camarote de los Hermanos Marx. No cabe nadie m&aacute;s. En un tiempo de desapego al servicio a la sociedad y de desafecci&oacute;n a la tarea pol&iacute;tica, no se entiende que exista lista de espera para eso del cargo.</p> <p style="text-align: justify;"> Nuestra sociedad de baja cilindrada, se conforma con responsables p&uacute;blicos expertos en ex&aacute;menes en septiembre.</p> <p style="text-align: justify;"> Los amos del presupuesto y la deuda de la deuda, se rodean de legiones de asesores que le repiten al o&iacute;do el mantra de que sin liderazgo no hay vida. Que eso lo escriban los que viven de los libros que se venden en las estaciones del AVE, tiene un pase, pero que nos lo traguemos el com&uacute;n de los mortales, &nbsp;tiene delito.</p> <p style="text-align: justify;"> El liderazgo comienza donde acaban los contornos reales del hombre. Las personas somos demasiado valiosas y tan repletas de contradicciones que se nos quedan peque&ntilde;as todas las teor&iacute;as sobre liderazgo. El mito del liderazgo crece en las sociedades glotonas, planas, vulgares y con poca filosof&iacute;a y demasiado bal&oacute;n. Conocer al hombre es desconocer los l&iacute;mites del mismo, y por tanto aspirar a lo mejor. Apostar por una sociedad dependiente de l&iacute;deres de dise&ntilde;o es olvidarse de la tarea com&uacute;n de las personas, y por tanto, fracasar.</p> <p style="text-align: justify;"> La pol&iacute;tica espa&ntilde;ola es un cat&aacute;logo de l&iacute;deres en min&uacute;scula. Tanto nos fiamos de carismas, egos, hagiograf&iacute;as al dictado y lemas de &ldquo;corta y pega&rdquo;, que la honradez, la solvencia t&eacute;cnica, la generosidad y la cercan&iacute;a fueron desechados como ropa de rebajas con tara. Claro que as&iacute; nos va entre tanto cargo con tanto tonto y tanto tonto en tanto cargo.</p> <p style="text-align: justify;"> El liderazgo tutelado es la nueva variante que se ha introducido en nuestro pa&iacute;s en el escenario pol&iacute;tico. No es Jos&eacute; Luis Moreno con su Macario de turno, su mentor. La tutela tiene sus servidumbres, como uno alcanza todo por nada y encima lo debe, se convierte en el sorbete de lim&oacute;n que se toma despu&eacute;s del pescado en espera de la carne.</p> <p style="text-align: justify;"> Los ciudadanos detectamos con claridad meridiana lo frugal de ese plato fr&iacute;o que es el pol&iacute;tico por delegaci&oacute;n. Pero tambi&eacute;n confiamos poco en el plato principal que necesit&oacute; de demasiados entrantes. No hay m&aacute;s sitio para l&iacute;deres tutelados ni para sus tutores sin liderazgo.</p>