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Investidura a la fuga

<p> Enero se despierta compuesto y sin novia. Carmena y el padre &Aacute;ngel no quisieron dar las campanadas y todos pudimos tomar las uvas sin sobresaltos. Tras su pasada Nochebuena, algunos amenazaron con plantar a la pareja televisiva delante del reloj de la Puerta del Sol. Espa&ntilde;a todo lo soporta, pero hubiese sido demasiado.</p> <p> Este a&ntilde;o 2016 ser&aacute; el de las investiduras a la fuga. Como celosas novias, se resisten a dar el s&iacute; quiero, a unos p&aacute;lidos candidatos que parecen los novios cad&aacute;ver de la nueva legislatura. Si el tiempo no lo remedia, seguiremos acudiendo a las urnas como si se tratara de una despedida de soltera, a sabiendas que luego no se querr&aacute; casar, &nbsp;y por tanto no se podr&aacute; investir. Espa&ntilde;a bien vale una investidura, ser&aacute; la nueva entrega de la saga de Star Wars a este ritmo.</p> <p> A nadie le puede extra&ntilde;ar el escenario pol&iacute;tico en el que nos encontramos. Rajoy gan&oacute; unas elecciones pero perdi&oacute; definitivamente el poder. Su tipo de liderazgo&nbsp; suele obtener la confianza de los espa&ntilde;oles en los tiempos en los que hay que restaurar los platos rotos de la fiesta que otros disfrutaron. Una vez que la vajilla est&aacute; otra vez completa y limpia, adi&oacute;s muy buenas.</p> <p> La mand&iacute;bula de Pedro S&aacute;nchez no aguanta m&aacute;s, y lo entendemos. No hay f&eacute;rula capaz de soportar esa presi&oacute;n. Comprueba que lo han invitado a una cena en la que los suyos lo quieren devorar servido en finos platos. Rubalcaba cobij&oacute; a los j&oacute;venes del 15 M que ahora est&aacute;n sentados en la mesa con hambre y con los cubiertos en sus manos, y no est&aacute;n dispuestos a levantarse sin cenar. El liderazgo tutelado de S&aacute;nchez en sus comienzos le hizo cometer el error de ceder plazas importantes en las municipales a los partidos que no hab&iacute;an ganado los comicios. Su estrategia de desgaste del gobierno &nbsp;consigui&oacute; el efecto pretendido, pero al coste de ser anulado por sus propios aliados en las regiones en las que les regal&oacute; el poder.</p> <p> Llama la atenci&oacute;n que dos partidos pol&iacute;ticos que no han gozado de la confianza mayoritaria de los espa&ntilde;oles por un lado, y de los catalanes por otro, se conviertan en los protagonistas del nuevo tablero pol&iacute;tico. Invitan ambas formaciones a que el resto las cortejen, a sabiendas que ninguna de las dos dar&aacute; el &ldquo;s&iacute; quiero&rdquo;.&nbsp; En este proceso desgastan al gobierno, a la oposici&oacute;n y a todo el que se menea. F&iacute;an su &eacute;xito al resultado de unas nuevas elecciones, que los conviertan en el ni&ntilde;o en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro.</p> <p> Menos mal que nos queda el peque&ntilde;o Nicol&aacute;s en Gran Hermano. Si contrata a Garc&iacute;a Farreras de representante, triunfo seguro.</p>