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Asaltar el cielo

<p style="text-align: justify;"> Pablo Iglesias detesta la pel&iacute;cula &ldquo;El cielo puede esperar&rdquo;. Con la prisa propia del discurso del aspirante, el pol&iacute;tico-no casta, futuro l&iacute;der de Podemos, comenz&oacute; su precampa&ntilde;a electoral sobre el escenario&nbsp; de Vistalegre, con una proclama de m&eacute;trica marxista y rima populista: &ldquo;El cielo no se toma por consenso, sino por asalto&rdquo;. Con un par.</p> <p style="text-align: justify;"> En estos tiempos de aniversarios redondos de la ca&iacute;da del muro de Berl&iacute;n, asistimos a la en&eacute;sima transformaci&oacute;n del discurso comunista en los pa&iacute;ses occidentales. Los que antes eran los enemigos del desarrollo de los pueblos como el capital o el patr&oacute;n, han encontrado nuevas denominaciones para las legiones de desencantados del capitalismo con nombres menos revolucionarios como son el euro o la troika.</p> <p style="text-align: justify;"> El comunismo en el camino de vuelta de su fracaso, sigui&oacute; pensando en que los ciudadanos libres comet&iacute;an un grave error cuando lo relegaron a la insignificancia social por sus a&ntilde;os de plomo e indignidad. El sitio que perdieron ejerciendo el totalitarismo lo buscaron en el r&eacute;gimen de libertades de los pa&iacute;ses democr&aacute;ticos donde nadie acallaba su voz con la fuerza ni la violencia.</p> <p style="text-align: justify;"> Pasados los a&ntilde;os de la derrota del comunismo real, muchos entendieron que en libertad, las ideas se pueden disfrazar con nuevos ropajes que disimulen las arrobas de su sobrepeso excluyente y elitista. Tanto &eacute;xito tuvo la nueva estrategia, que comenzaron a obtener muchas victorias en el terreno acad&eacute;mico y refinado, y algunos incluso cedieron a la tentaci&oacute;n de proclamar una cierta hegemon&iacute;a cultural e intelectual de sus propuestas. Ning&uacute;n pa&iacute;s democr&aacute;tico en occidente se crey&oacute; el nuevo cuento y deposit&oacute; en ellos la confianza del gobierno a nivel general, pero s&iacute; que tuvieron oportunidad de imponer su impronta ideol&oacute;gica en regiones menores.</p> <p style="text-align: justify;"> En Espa&ntilde;a, el profesor Alfredo P&eacute;rez Rubalcaba dio cobijo al conocido movimiento del 15 M, obligando a emprender el camino de la huida hacia delante a su propia formaci&oacute;n pol&iacute;tica. En poco tiempo se encontr&oacute; con el final de su camino pol&iacute;tico y &nbsp;ha dejado a su sucesor, la gran herencia de la p&eacute;rdida de su propio espacio pol&iacute;tico&nbsp; en beneficio de los hu&eacute;spedes agradecidos de Podemos.</p> <p style="text-align: justify;"> Pablo Iglesias no ha jugado a la estrategia de la hegemon&iacute;a intelectual de su formaci&oacute;n como hicieron los comunistas en Francia o Italia, y de forma inteligente ha apostado todo a su hegemon&iacute;a televisiva.&nbsp; Espa&ntilde;a se gana en la televisi&oacute;n y no en la universidad o la academia.</p> <p style="text-align: justify;"> Asistimos al triunfo del &ldquo;share&rdquo; del comunismo de plat&oacute; con tufo populista, asqueados de tanto chorizo sin alma. Seguro que Arriola escribir&aacute; un cap&iacute;tulo en sus memorias sobre el d&iacute;a en que los de Podemos eran s&oacute;lo unos frikis.</p>