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El Camarón de la Novela

<div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> El flamenco es la poes&iacute;a de las tripas. Desde las entra&ntilde;as sale una voz que no puede ser nunca del coraz&oacute;n, ni de la garganta. La m&eacute;trica del cante jondo es la que dicta la amargura, el aguardiente del barato y el &#39;caldo de gallina&#39;. El flamenco es patrimonio de los esp&iacute;ritus libres que no entienden de las camisas de fuerza de las modas y la academia.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> El flamenco es una forma de ser y de estar. De vivir. Autenticidad, cercan&iacute;a, tradici&oacute;n, libertad, verdad y belleza componen los intestinos de los diferentes palos o estilos que el cante jondo ha querido darse. Hay cante, baile y m&uacute;sica si corre sangre por las venas. Roja de los moros que habitaron Andaluc&iacute;a entre lamentos mel&oacute;dicos, de los cristianos con pena y de los gitanos con alegr&iacute;a y arte. La alegr&iacute;a puede s&oacute;lo conocerse desde la libertad, y por eso los gitanos han hecho tanto por el cante jondo.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> El flamenco ha tenido mala prensa, entre suspiros de &#39;madrug&aacute;&#39;, de exceso y cultura analfabeta.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> La Generaci&oacute;n del 98 quiso descoser el traje flamenco de una Espa&ntilde;a que se alejaba de Europa y la modernidad. Eugenio Noel, quien en su juventud hab&iacute;a sido un casticista militante, atribuy&oacute; al flamenco y la tauromaquia el origen de los males de Espa&ntilde;a. A su entender, la ausencia de estas manifestaciones culturales en los modernos estados europeos, parec&iacute;an traducirse en un mayor desarrollo econ&oacute;mico y social. Estas consideraciones hicieron que se estableciera durante d&eacute;cadas una grieta insalvable entre el flamenco y la mayor parte de la intelectualidad.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> A Dios Gracias, Federico Garc&iacute;a Lorca y Manuel de Falla volvieron a darle el sitio que por verdad, belleza y sentido po&eacute;tico merec&iacute;a el cante de los desfavorecidos. En 1922 organizan el Festival de Cante Jondo en Granada y tejen el nuevo traje de un arte que por ser tan libre, deb&iacute;a pertenecer a los esp&iacute;ritus de altos vuelos.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> En el siglo XX, el flamenco conoce su revoluci&oacute;n, y a su Ch&eacute; Guevara, en forma de gitano de San Fernando, que tiene por nombre Jos&eacute; Monge, y llama a la puerta de la Historia como Camar&oacute;n. Su &#39;quej&iacute;o&#39; fue el nuevo verso libre de un cante que respetaba mucho su verdad y se asfixiaba en sus tradiciones. El d&eacute;cimo disco del gitano rubio, se titul&oacute; &#39;La leyenda del tiempo&#39;, y supuso lo mismo que &#39;Las se&ntilde;oritas de Avignon&#39; en la pintura, pero en el cante jondo. Camar&oacute;n desde la fragua de su garganta coronaba el &#39;ochomil&#39; del nuevo flamenco en una Espa&ntilde;a que en 1979 todav&iacute;a ten&iacute;a miedo a mirarse en el espejo de la libertad. Se hab&iacute;a obrado el milagro.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> <strong class="strong" style="margin: 0px; padding: 0px;">Materia hereje</strong></div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> La mayor&iacute;a de sus seguidores rompieron el &#39;longplay&#39;, lo quemaron en la plaza p&uacute;blica, por considerar que era materia hereje, la que el cantaor de San Fernando hab&iacute;a elaborado junto a Ricardo Pach&oacute;n, Kiko Veneno, Tomatito y Raimundo Amador, en pantalones cortos. Se hab&iacute;an adelantado a los tiempos, y al lugar donde ahora son venerados por los &#39;torquemadas&#39; de poca monta del pasado. Camar&oacute;n con su &#39;La leyenda del tiempo&#39; sal&iacute;a al encuentro de Federico Garc&iacute;a Lorca, abr&iacute;a las ventanas del flamenco y lo devolv&iacute;a a su sitio, rodeado del resto de bellas artes. Ya nadie volvi&oacute; a caer en la trampa de robarle al flamenco el brillo de las conquistas culturales y art&iacute;sticas.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Camar&oacute;n es el Picasso del flamenco, que con andares de &#39;dandy&#39;, chaleco corto, tabaco prohibido y sabor a fragua, ha revolucionado para siempre un cante que por ser jondo no se merec&iacute;a morir por inanici&oacute;n. Uno ya no sabe si est&aacute; vivo o muerto, como Elvis o los Beatles, porque la m&uacute;sica es inmortal y no conoce de funerarias.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> El cantaor gaditano se encontr&oacute; un d&iacute;a con Montero Glez y se cruzaron un &#39;buenas noches&#39; que ha dado para un libro, &#39;Pistola y cuchillo&#39;, que ha resucitado al de San Fernando como personaje y nos ha revelado el secreto mejor guardado del escritor madrile&ntilde;o.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Montero Glez (Madrid 1965) ha escrito un relato sin aspiraciones de novela en 124 p&aacute;ginas. Las biograf&iacute;as destilan olor a alcanfor, y &#39;Pistola y cuchillo&#39; huele a tabaco y sabe a &#39;madrug&aacute;&#39;. Al estilo de Cervantes y Gald&oacute;s, el escritor madrile&ntilde;o se atreve con la primera persona para transitar al lado del gigante Camar&oacute;n, y tejer una f&aacute;bula cal&eacute;, que le devuelve al cantaor su rostro humano, sus pulmones negros y sus sue&ntilde;os en forma de canci&oacute;n.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> La &#39;Venta de Vargas&#39; es la puerta de San Fernando donde Manolete se vest&iacute;a de torero y Manolo Caracol conoc&iacute;o a un ni&ntilde;o que cantaba como los &aacute;ngeles con voz de macho. En este lugar emblem&aacute;tico discurre el &#39;martinete&#39; que Montero Glez ha tejido para gloria de Camar&oacute;n, el &#39;Viejales&#39; (representante del artista) y el gallo rubio &#39;Cicl&oacute;n&#39;. Con el martillo de su pluma va moldeando la cuarteta octos&iacute;laba de una historia que a modo de tributo, se rinde a la descripci&oacute;n del ambiente en la que cantaor gaditano quer&iacute;a ama&ntilde;ar una pelea de gallos para conseguir los &#39;jurdoses&#39; (dinero) que le llevaran al galeno que insuflara aire a sus pulmones negros. El narrador adquiere la personalidad de un entrenador de gallos que asiste entre whisky y pesca&iacute;to, al relato que Camar&oacute;n construye con su pasado, sus sue&ntilde;os y sus desvelos, ahog&aacute;ndose entre cigarro y cigarro.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> En muchos momentos, cuando uno transita por &#39;Pistola y cuchillo&#39;, percibe matices que recuerdan a las soleares de Manuel Machado, que de tres versos en tres versos, encuentra la met&aacute;fora perfecta que nos acerca al Camar&oacute;n que Montero Glez sigui&oacute; durante a&ntilde;os y que ahora ha encontrado en su libro.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> &#39;Pistola y cuchillo&#39; es un libro muy especial para su autor porque lo ha parido con forceps y dolores de &#39;madrug&aacute;&#39;. Los seguidores del escritor madrile&ntilde;o que quiso nacer en C&aacute;diz, encuentran en el cart&oacute;n de tabaco que dura el libro, su secreto mejor guardado.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> <strong class="strong" style="margin: 0px; padding: 0px;">Poeta maldito</strong></div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Montero Glez es el poeta maldito de la novela espa&ntilde;ola. Ra&uacute;l del Pozo lo defini&oacute; como &laquo;un navajero de la literatura&raquo;, y Arturo P&eacute;rez-Reverte nos ret&oacute; escribiendo: &laquo;Y ahora vayan y l&eacute;anlo, si es que tienen huevos&raquo;.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Se present&oacute; en el panorama literario espa&ntilde;ol con su novela titulada &#39;Sed de champ&aacute;n&#39; (1999). Al estilo de Baudelarie o Rimbaud, escupi&oacute; palabras que tej&iacute;an una obra que buceaba en los s&oacute;tanos de una sociedad acostumbrada a encumbrar a mucho escritor mediocre con denominaci&oacute;n de origen.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Despu&eacute;s le siguieron &#39;Cuando la noche obliga&#39; (2003) y &#39;Manteca Color&aacute;&#39; (2005), as&iacute; como el volumen de cuentos titulado, &#39;Besos de fogueo&#39; (2007). Colaborador en distintos medios y bajo diferentes seud&oacute;nimos, reuni&oacute; sus art&iacute;culos de opini&oacute;n en &#39;Diario de un hincha, el f&uacute;tbol es as&iacute;&#39; (2006) y &#39;El verano: lo crudo y lo podrido&#39; (2008). Su novela &#39;P&oacute;lvora Negra&#39; fue galardonada con el premio Azor&iacute;n de novela 2008. En 2009 public&oacute; &#39;A ras de yerba, apuntes futboleros&#39;. En noviembre de 2010 public&oacute; su citada &#39;Pistola y cuchillo&#39;.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> <strong class="strong" style="margin: 0px; padding: 0px;">El lector baila</strong></div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Cuando uno lee a Montero Glez se adentra en el infierno y en el cielo que puede ser la vida, a trav&eacute;s de unos personajes que se deslizan por el lado canalla de la existencia sin af&aacute;n de querer ser absueltos por una sociedad que los olvida y margina. El lector baila leyendo sus novelas.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> En &#39;Pistola y cuchillo&#39;, Montero Glez desvela su secreto: es el flamenco la m&eacute;trica de sus creaciones. El autor se pierde en cada trabajo en su particular tri&aacute;ngulo de las Bermudas, con Camar&oacute;n, la &#39;Venta de Vargas&#39; y el &#39;Candela&#39; formando la perfecta figura geom&eacute;trica.</div> <div class="p" style="margin: 0px; padding: 0px 0px 15px; line-height: 18px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"> Montero Glez es el Camar&oacute;n de la novela.</div>