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Mártires de los impuestos

<p style="text-align: justify;"> La vida es un sue&ntilde;o sin iva. Nada, ni nadie, escapa a los demonios que crearon la sinraz&oacute;n de tanto recaudador de lo ajeno. Nacemos acompa&ntilde;ados de tasas y pagamos a hacienda incluso despu&eacute;s de muertos. La administraci&oacute;n, en cualquiera de sus ropajes, es una bestia insaciable que devora a sus hijos envueltos en los diferentes modelos de impuestos.</p> <p style="text-align: justify;"> Trabajamos para poder pagar siglas con recargo de ocho a diez de la ma&ntilde;ana y de lunes a viernes. Hacienda aspira a conformar los contornos de nuestro yo ciudadano, protegiendo a nuestras conciencias de la tentaci&oacute;n de hacer un &ldquo;sinpa&rdquo;.</p> <p style="text-align: justify;"> Las promesas que hicieron ayer los pol&iacute;ticos son los impuestos de hoy. A los espa&ntilde;oles se nos est&aacute; quedando cara de San Serapio, que fue martirizado por los sarracenos, quienes le ataron a una cruz en forma de aspa y arrancaron los intestinos, para despu&eacute;s cortarle las piernas y que inmortaliz&oacute; genialmente siglos despu&eacute;s Zurbar&aacute;n.</p> <p style="text-align: justify;"> En la Espa&ntilde;a en la que no queda pan para tanto chorizo, no hay mes sin su impuesto, semana sin su tasa y d&iacute;a sin su iva.&nbsp; No hay santo sin novena, ni pol&iacute;tico sin impuesto-condena.</p> <p style="text-align: justify;"> Dec&iacute;a el gran Chumi Chumez que los espa&ntilde;oles no ahorramos, somos unos manirrotos, nos lo gastamos todo en impuestos.</p> <p style="text-align: justify;"> Aspiro a un pa&iacute;s que no&nbsp; se desayune cada ma&ntilde;ana con la noticia de una nueva subida de impuestos, coma con la previa del partido de f&uacute;tbol, tome el caf&eacute; con las estrellas de la telebasura, cene con el portavoz de la cosa y tenga pesadillas con Montoro.</p> <p style="text-align: justify;"> Cuando la econom&iacute;a se mueve, se la grava con impuestos. Si se sigue moviendo, se la regula. Finalmente los pol&iacute;ticos nos explican la raz&oacute;n de este sinsentido, nos prometen que si la econom&iacute;a se para, ya nos subsidiar&aacute;n. La realidad nos ha hecho creer poco en este c&iacute;rculo virtuoso, ya que comprobamos que en la estrechez aumentaron los desheredados.</p> <p style="text-align: justify;"> Toda vez que los ciudadanos hemos hecho la traves&iacute;a del desierto y hemos dado la vuelta a la tortilla de la crisis, y comienza la econom&iacute;a a crecer, yo me atrevo a suplicar a los que nos gobiernan que no tengan la tentaci&oacute;n de seguir a&ntilde;adiendo cuentas al rosario de nuestros esquilmados bolsillos.</p> <p style="text-align: justify;"> Por favor, no nos conviertan en grandes m&aacute;rtires de los impuestos.</p> <p> &nbsp;</p>