Navidades a dos velas
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La luz dejó de iluminar cuando se convirtió en eléctrica. Relegó la belleza de los amaneceres y la serenidad de los atardeceres a una postal que se podía comprar. Los interruptores crearon los días de veinticuatro horas y los meses comenzaron a ser iguales. La uniformidad en nuestros vidas llegó gracias al éxito de la red eléctrica.</p>
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Todo empezó con la varilla de ámbar de Tales de Mileto. Observó que frotándola con una lana o piel, se obtenían pequeñas cargas que atraían objetos diminutos. Frotándola mucho tiempo podía causar la aparición de una chispa. De es primer descubrimiento del filósofo griego, heredamos en nuestros días la factura de la luz. Con carácter periódico, con lecturas imaginarias de kilovatios, impuestos por doquier, lenguaje críptico y susto asegurado, conocemos el reverso de la comodidad del frigorífico o la lavadora.</p>
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Diciembre fue un mes de loterías y excesos. Desde hace unos años ha adquirido el rostro del ministro de industria de turno anunciando la subida en el recibo de la luz, que es un no que evoluciona a un sí. Soria es el Aznar sin bigote que no quiere ser. Algo parecido a David Bisbal y su evolución a Manolo Escobar. Seguro que en unos años se anunciará como el Manolo Bisbal que lleva dentro. Pues eso, ministro.</p>
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La luz eléctrica cambió hace años nuestra Navidad. El mensaje revolucionario del recuerdo de la buena nueva del nacimiento del Hijo de Dios, ha ido cediendo protagonismo a la vida de catálogo con ofertas.</p>
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La Navidad no es cuento, recuerda estos días el Papa Francisco, que trabaja por mostrar a los hombres la belleza de la luz de la realidad histórica del nacimiento de Jesucristo.</p>
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Esta Nochebuena el Papa y algunas de las familias más desfavorecidas de Roma degustarán pularda de convento, criada en un monasterio de clausura por las clarisas de Allariz. Éstas pequeñas gallinas de campo se crían casi a oscuras, lentamente, sin cebarlas, dejando que el tiempo penetre sin celeridad en sus carnes. Observen, al final todo se reduce a un tratado en el manejo de la luz.</p>
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Si sobrevivimos al “playback” de Kiko Rivera, a las ruedas de prensa sin preguntas y a la telebasura sin huelga, podremos tener unas navidades a dos velas.</p>