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España entre costuras

<p> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify; "> Espa&ntilde;a es un tratado de costura. Se ha cosido y descosido en tantas ocasiones, que ha soportado incluso estoicamente las puntadas sin hilo. Se han pintado demasiados patrones a lo largo de los siglos sobre su piel de toro. Se ha cortado, se ha vuelto a cortar, se ha te&ntilde;ido, se ha lavado. Todo bajo el mismo sol que conocieron fenicios, romanos, cristianos, musulmanes, s&uacute;bditos y ciudadanos. Todo tipo de sastres y costureras se han afanado en hacerle su traje so&ntilde;ado. El pa&ntilde;o de nuestra querida Espa&ntilde;a es del bueno. Con un poco de plancha, luce con hermosura y no deja ver los puntos de sus heridas que la hicieron sangrar y sufrir.</p> <p style="text-align: justify; "> La piel dicen los cient&iacute;ficos que guarda memoria. Nuestra querida Espa&ntilde;a ha conocido &eacute;pocas de luces y de sombras, de penumbras y penurias, pero nunca ha concedido el &uacute;ltimo punto del partido. Nuestra historia com&uacute;n ha sido espectadora en demasiadas ocasiones del &oacute;rdago a la mayor por parte de algunos, de la tentativa al jaque mate, del levantarse de la silla y abandonar la partida, de buscar unos tableros propios y rechazar los comunes. Nada nuevo bajo el sol que todo lo soporta.</p> <p style="text-align: justify; "> Esta semana hemos conocido los nuevos movimientos de tablero que se han dise&ntilde;ado desde Catalu&ntilde;a. Se estaba invirtiendo demasiado tiempo en pensar la partida, y algunos creyeron que en ese mundo de las ideas quedar&iacute;a la pretensi&oacute;n secesionista de una parte de la sociedad catalana. En &eacute;pocas de crisis econ&oacute;micas, es frecuente el resurgimiento de causas comunes que de alguna forma hagan m&aacute;s llevadero el d&iacute;a a d&iacute;a del que no tiene presente, y s&oacute;lo puede abrazar el futuro.</p> <p style="text-align: justify; "> La partida ha comenzado y s&oacute;lo nos resta jugarla. Dicen los gur&uacute;s de la negociaci&oacute;n que siempre hay que situar nuestras estrategias en los intereses y no en las posiciones de partida. El &eacute;xito de una negociaci&oacute;n, recitan en sus libros, es aquel en el que el acuerdo que se alcanza es beneficioso para las dos partes. La estrategia ganar-ganar. En Espa&ntilde;a estamos demasiado acostumbrados a las estrategias perder-perder, y no nos ha ido mal del todo.</p> <p style="text-align: justify; "> Espa&ntilde;a est&aacute; desnuda, y necesitamos al ni&ntilde;o del cuento de H.C. Andersen, para record&aacute;rnoslo. Tejamos de nuevo las costuras de la Espa&ntilde;a que cobije a todos.</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p>