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La hora de los valientes

<p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> El valor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Hace humana a la debilidad y grande al que se atreve a superarla. La vulnerabilidad nos iguala, el valor nos distingue. No hay futuro para una sociedad si no cuenta con hombres con valor.</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> La pol&iacute;tica en Espa&ntilde;a se ha convertido en un tratado de la medida. Los espa&ntilde;oles siempre nos hemos caracterizado por los excesos. Nunca especulamos con el resultado final. Nos atrevimos con el camino, sin conocer la recompensa. La experiencia nos dijo que el que tanto mide al final se convierte en un cobarde.&nbsp;</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> El pasado diciembre elegimos a nuestros representantes de forma democr&aacute;tica con la decisi&oacute;n del que se sabe libre. No jugamos con nuestros votos ni planificamos nuestros apoyos, simplemente decidimos. Incomprensiblemente los pol&iacute;ticos quisieron especular con el resultado e intentar forzar una pr&oacute;rroga.</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> La sensaci&oacute;n de millones de espa&ntilde;oles que hab&iacute;an depositado su confianza en sus preferencias pol&iacute;ticas fue la de la frustraci&oacute;n. Los pol&iacute;ticos no quer&iacute;an iniciar ni siquiera el partido porque entend&iacute;an que pod&iacute;an perderlo. De forma equivocada creyeron que la defensa de los ideales y propuestas que hab&iacute;an enganchado a sus votantes no&nbsp; merec&iacute;an ni una oportunidad. Prefer&iacute;an quedarse en el vestuario esperando que el &aacute;rbitro suspendiera el partido y se citaran en una nueva contienda en otro campo, con otros adversarios y condiciones m&aacute;s ventajosas. Aceptaron antes el deshonor que la derrota.</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> Espa&ntilde;a es una tierra que premia al que lo intenta, al que no renunciar a plantar cara al adversario. Mostrar firmeza en la defensa de las convicciones propias siempre nos atrajo a la mayor&iacute;a. La cobard&iacute;a supone perder frente al miedo propio visti&eacute;ndolo con los ropajes de una&nbsp; prudencia mal entendida.</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> Atreverse es morir despacio, entender que sin los dem&aacute;s nunca alcanzaremos la cima. Las conquistas comunes necesitan la determinaci&oacute;n de unos pocos, el valor de los sencillos.</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> De poco sirve llorar ahora por lo que no se alcanza si ni siquiera se tuvieron arrestos para intentarlo. Ocurra lo que ocurra con las negociaciones presentes para la conformaci&oacute;n de un nuevo gobierno, los espa&ntilde;oles, no me cabe duda, que premiar&aacute;n a los que lo intentaron y no sucumbieron a los cantos de sirena del conformismo y la ventaja de la inacci&oacute;n. Sin riesgo no hay recompensa, sin valor no hay opciones de triunfo.&nbsp;</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> Estas semanas nos descubrir&aacute;n a los pol&iacute;ticos que pretenden construir sus proyectos desde la valent&iacute;a y la convicci&oacute;n , y a los que prefirieron mantenerse en los cuarteles de invierno esperando que la contienda acabara.</p> <p style="margin: 0px; text-align: justify; line-height: normal;"> Para unos y otros recordarles el deseo de Joaqu&iacute;n Sabina:&nbsp; que ser valiente no sea tan caro, que ser cobarde no valga la pena.</p>