Médicos a la fuga
<div style="text-align: justify;">
La Medicina se recita con pausa y rima. Es poco amiga de la prisa y el atajo del monosílabo. Para que sus versos sean profundos necesita del encuentro pausado entre el médico y el enfermo. Es una ciencia que necesita mucho de los pies. Hay que caminar sin descanso junto al enfermo, hacer camino con él. </div>
<div style="text-align: justify;">
Nuestros días están plagados de planes “b” . Esta insaciable crisis económica ha travestido a la mayoría de los profesionales en situación de demanda activa de empleo. El periodista buzonea por la mañana y “tuitea” por la noche, el abogado vende cafeteras y reserva su toga para tiempos mejores, el arquitecto diseña vinilos con dibujos de edificios y el filósofo repone la leche en el supermercado mientras las vacas duermen. Al galeno le muestran a diario la percha donde colgar su bata aunque no quiera enterarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
El médico cuando decidió dedicar su vida al insondable misterio del dolor y sufrimiento humano con su pequeño candil de ciencia y humanismo, nunca había reparado en que iba a tener que diseñar planes con todas las letras del abecedario. </div>
<div style="text-align: justify;">
La lógica de la carrera profesional del médico trascurría por los caminos de la dureza y exigencia en su formación y actualización permanente, pero con un horizonte laboral despejado tras muchos años de esfuerzo y dedicación. Tras los periodos de plomo de su carrera universitaria y su residencia, encontraba ráfagas de aire en un mercado laboral que lo acogía sin fuegos artificiales pero con cierta esperanza. Esa “dolce vita” que le permitía pagar mensualmente la cadena perpetua de su hipoteca y los libros de su biblioteca, se ha esfumado.</div>
<div style="text-align: justify;">
En la cátedra se siguen explicando los factores de la coagulación mientras la profesión se desangra.</div>
<div style="text-align: justify;">
El médico que trabaja lo hace entre oraciones pasivas que construyen propuestas que los pacientes no saben leer ni interpretar. La sociedad está empezando a no reconocer el papel de la Medicina y su traducción en la sanidad por no entender las nuevas lógicas de la austeridad y la lucha contra el déficit. </div>
<div style="text-align: justify;">
Los jóvenes galenos ya aprenden más idiomas que Patología o Farmacología, porque no quieren ser nueva clase mendicante. Trabajar en el extranjero era antes signo de excelencia, hoy es la salida forzada para tanto médico a la fuga.</div>
<div>
</div>