La lírica del autónomo
<p style="text-align: justify;">
El sueño de la España sin jefes se cumplió. La crisis económica aligeró plantillas y nóminas a la par. Para muchos ya no hubo más madrugadas que fichar, y turnos de noche con supervisor. A nadie le gustó que la desaparición del saludo a los galones llegara de la mano del despido, de la orfandad y la pobreza, por mucho que se vomitara del jefe. En el momento de la soledad, se hizo humana hasta su figura, y se le comenzó a añorar casi...